lunes, 23 de diciembre de 2013

LOS ZAPADORES ANFIBIOS, 1955. POR TIERRA Y POR MAR III

     A LA MEMORIA DE ANGEL RIVERA CASANOVA
 En noviembre de 1942, pasadas las convulsiones del período republicano y de la guerra civil, se aprueba la organización, efectivos y misión del Cuerpo de Infantería de Marina, que sin entusiasmar a los que entonces en él servían, permitió mantener una vida orgánica sobre la que construir un futuro en línea con lo que  la Segunda Mundial estaba demostrando que deberían ser las modernas Infanterías de Marina .
      Esta reforma, promovida por el Almirante D. Salvador Moreno, reorganiza el Cuerpo en cinco Tercios, tres son llamados Tercios de Departamentos y dos son Tercios de Bases Navales: los de Baleares y Canarias.

                       

       La composición que se dio al Tercio de Baleares, con un total de 1.514 plazas, fue la siguiente:
    La Plana Mayor de Mando, con Equipo de Transmisiones, Equipo de Información y Enlace; la Plana Mayor Administrativa, con la Compañía de Destinos y la de Música; Un Batallón de Infantería Ligera; Un Batallón de Defensa Antiaérea; Un Batallón de  Instrucción, en cuadro, y el Tren de Cuerpo.

              

      Durante los años 1952 y 1953,  insatisfecha con su misión, se va asentando en la Infantería de Marina su verdadera y tradicional vocación de fuerza especial para la proyección del poder naval sobre tierra mediante operaciones anfibias. Surgen así las dos unidades que años después llegarían a constituir la Unidad de Operaciones Especialesla Compañía de Escaladoresen el Tercio Norte, bajo el impulso del Capitán D. Alfredo Díaz del Río Darnell, y en el Tercio de Baleares, la Unidad de Zapadores Anfibios, bajo el del Capitán D. Miguel Montojo Martinez de Hervás y los Tenientes D. Antonio Gorordo Alvarez y D. Vicente Bisbal Amengual.

     Las fotografías que siguen, con sus comentarios, son la transcripción literal del álbum elaborado por la Unidad de Zapadores Anfibios en el año 1955 -hace ya 58 años-  y narran los inicios en Illetas de un componente fundamental de la capacidad anfibia. A la vez ponen de manifiesto el espíritu de sacrificio y voluntad de vencer que siempre ha animado al Cuerpo de Infantería de Marina, recordando a los infantes de marina del siglo XXI la permanente deuda que tienen con los que les precedieron. 

1955. 
ÁLBUM DE LA UNIDAD DE ZAPADORES ANFIBIOS
TERCIO DE BALEARES


1. La mar amiga y enemiga del Zapador Anfibio, ha tenido tiempo en su ausencia de tomar venganza sobre lo construido por él en las Illetas, pues el carácter provisional de su ocupación obligó a ejecutar las obras con medios de circunstancias, tratando de no revalorizar lo que en su día y para nuestro uso pudiera adquirir la marina.


2. El puente, cordón umbilical de estas islas, ha sido totalmente destruido. La mar no ha consentido perder una isla. Ofrece la fotografía un desolador aspecto de este paso, no obstante, a diario se efectuó el suministro para el Destacamento de Vigilancia, y queda al fondo en el camino huella de la voluntad de trabajo de estos Soldados.



3. El día 7 de Marzo se traslada toda la Unidad a su Centro de Instrucción. Comienzan los trabajos más urgentes que han de desarrollarse, para permitir abordar en el mes de Abril el Curso de Especialización de los Zapadores Anfibios con toda la intensidad y atención que sus delicadas misiones requieren. 


4. Nuevamente han surgido como setas precursoras de la actividad las tiendas de campaña, que alegran con su presencia la roca de la isla de Sa Playola. La Unidad Especial de Zapadores Anfibios trabajará y se adiestrar sin descanso durante todo el año. 


5. Piedra por piedra de los alrededores ha sido removida, transportada y asentada sin ayuda de medios especiales. Obra de voluntad, es este nuevo puente que resurge logrando la unión con la tierra. 


6.También una pequeña escollera se inicia, tratando de asegurar lo más posible la comunicación y el suministro por tierra. Este puente es de vital importancia para el Centro de Instrucción, incluso el día en que se disponga de obras que permitan el atraque de embarcaciones con toda clase de tiempo y de mar.


7. La aguada sigue haciéndose con el auxilio de los Remolcadores en días de bonanza. No obstante la traída de aguas canalizadas de Palma queda a menos de mil metros del Campamento con la nueva prolongación llevada a cabo durante este verano.


8. Una nueva adquisición fue la de un depósito metálico con capacidad de 12 Tn. Cedido por la Base Naval. El personal de la Unidad efectuó la carga en un camión y transporte a Illetas de este tanque, transladándole sobre rodillos con el auxilio de dos aparejos a su emplazamiento definitivo.



9 y 10. Estas fotografías muestran el estado de los trabajos, a últimos de Abril que efectúa una brigadilla del Tercio de Baleares en el derribo de un barracón de la antigua Base Naval que el Excmo. Sr. Almirante ordenó fuera reconstruido en Illetas para aprovechamiento por la Unidad Especial.


11. La Unidad de Zapadores Anfibios participa por vez primera en el Desfile de la Victoria de Madrid. Fue previsto que se ordenase hacer alguna demostración práctica con esta ocasión, y todo el personal ejecutó ejercicios de lastrado en agua dulce antes de salir de Palma por ser ésta la única prueba a la que no habían sido sometidos.


12. Esta fotografía es todo un símbolo de promesas para el futuro. Ante el descubridor del Nuevo Mundo, el material que ha permitido explorar los fondos de la mar, a espaldas de estos Especialistas, parece ofrendar como un juramento di continuidad de los Españoles en los servicios arriesgados por su Patria.



13 y 14. De regreso de Madrid la Unidad transporta para su dotación 22 equipos autónomos tribotellas. Con este material, alternándose en su empleo se adiestran los Zapadores Anfibios para cumplimentar la orden del Excmo. Sr. Ministro de “estar a punto en todo momento”. Supone un esfuerzo de revisión continua de los aparatos e incremento de inmersiones para los Instructores, pero la orden queda cumplida. Estamos listos para llevar a cabo cualquier misión que se nos ordenara.

                              

15 y 16. Dos nuevas adquisiciones hechas con un enorme esfuerzo de nuestro Tercio. Un moto-carro para sustituir a la bicicleta con remolque del año anterior, en el suministro diario de viveres frescos, y una máquina de fotografías submarinas gracias a la cual puede ofrecerse esta memoria de las actividades de la Unidad.



17 y 18. El día 6 de Junio se efectúan las maniobras del Tercio de Baleares. La misión encomendada a la Unidad es el reconocimiento de una playa y la posterior destrucción de los obstáculos que en ella se encuentran, 22 hombres al mando de dos Oficiales ejecutan un recorrido en inmersión de 1.700 mts. reconociendo la zona ordenada (Playa de Magaluf) y regresando al punto de partida (Isla de la Porrasa). Al no disponer ni de una sola brújula para la orientación se hace difícil esta, no obstante se ejecuta la maniobra sin el menor fallo y ni una sola vez es preciso alcanzar la superficie para orientarse.


19. El día 21 de Junio en el Puerto de Campos dos Oficiales de la Unidad llevan a cabo un reconocimiento fotográfico para facilitar datos a la Comandancia de Marina sobre un pecio. Se trataba al parecer de un buque romano, que se encontraba cubierto de arena en poco fondo.



20 y 21. Los ejercicios bajo el agua precisan de la resistencia de un Instructor, en la mayoría de los casos. El personal que compone los Equipos de Apertura de Brechas se procura que siempre sea el mismo desde el comienzo de la instrucción hasta la fecha del licenciamiento así ellos se entienden a la menor seña, confían en sus compañeros, en el jefe que los manda y los ha formado y se ayudan todos al límite máximo dentro y fuera del agua.



22 y 23. El adiestramiento con escafandra autónoma viene determinado en el plan de Instrucción comprendiendo los meses de Julio, Agosto y Septiembre. Superados los primeros días del aprendizaje es un verdadero placer para los componentes de los Equipos de Apertura de Brechas nadar bajo el agua a pequeñas profundidades libres de la angustia de la contención respiratoria. En estos primeros ejercicios se tiende agudizar el sentido de orientación en el medio en que se ejercitan, familiarizándolos al propio tiempo con el nuevo equipo y procurando conseguir la mayor autónomia del aire acumulado.



24 y 25. La progresión en este adiestramiento va escalonándose y dentro de las máximas garantías de seguridad, que quedan reflejadas en el hecho de no haber sufrido el más mínimo accidente, se trata de alcanzar mayores profundidades siendo los 30 mts.el mínimo para obtención de la “aptitud” de Zapador Anfibio lo que representa bien poco para el personal que en determinados casos alcanzó la profundidad de 22 mts.en buceo libre y los 12 con carácter de generalidad. No obstante como medida de seguridad es muy conveniente sea dotado el Centro de Instrucción de una cámara de descompresión. La segunda fotografía muestra una “parada” de estos ejercicios en el agua.



26 y 27. El día 6 de Agosto se recibió una visita de la Comisión Hispano Norte Americana, ante la cual se hicieron demostraciones de tendido de explosivos y una inmersión a profundidad que fueron presenciados con la ayuda de gafas desde superficie, por los jefes que la integraban. Fue verificado el tendido de explosivos, por un Teniente Coronel de la Infantería de Marina Norteamericana, comprobando la exactitud de su colocación en menos de un minuto de tiempo, por un Equipo de Apertura de Brechas sobre tres “cuernos del diablo”.



28 y 29. El día 24 de Agosto se inician los trabajos de hormigonado por los componentes de la Unidad, para la cimentación del barracón transportado desde la antigua Base Naval. Es la primera instalación fija, de importancia, que se levantará en la Isla y forma parte del estudio general, de las instalaciones, imprescindibles para el Centro de Instrucción en estas Islas.



30 y 31. Sin desatender la instrucción idónea de la Unidad, más que en lo imprescindible, para que el invierno no nos encuentre alojados en tiendas de campaña, el personal va levantando el edificio que habrá de albergarlos. Los montantes y los travesaños se izan para poder techar con la mayor urgencia.



32 y 33. El Sr. Coronel Jefe del Tercio con el Tte. Coronel Jefe de la Agrupación y Comandante Jefe del Grupo visitan el Campamento. Dentro ya del barracón se aprecia el armazón que ha de soportar el tejado y se estudia la distribución interior que ha de dársele para obtener el mayor rendimiento de esta obra.



34 y 35. El día 26 de Octubre se recibe la visita ordenada por el E.M. Central de un Oficial de la Marina de Guerra Egipcia que presenció los ejercicios desde un punto dominante de la Isla, que efectuaron dos Equipos de Aperturas de Brechas, equipados con traje de protección contra el frío y escafandra autónoma.



36 y 37. El día 29 de Octubre se recibió una visita de los oficiales de la Escuadra Española surta en la bahía de Palma y ante los cuales se ejecutaron dos ejercicios: el primero un tendido de explosivos por un equipo de apertura de brechas con escafandra autónoma y el segundo un ejercicio de orientación por otro equipo de apertura de brechas al mando de un Oficial y en las proximidades de nuestra isla para que pudiera, ser observados por los visitantes.



38 y 39. Desde que en la Isla tenemos tejados no faltan gatos... Sin embargo estos mismos tejados no impiden que nuestros diarios visitantes del Ejercito del Aire nos den “pasadas” como antes lo hacían sobre las tiendas de campaña, son los “buenos días” de los camaradas del Aire.


40. La vigilancia del Campamento está encomendada a un solo puesto. Esta Isla es semejante a un buque atracado y el puente nuestra plancha.


41. Un pequeño varadero, bien protegido dentro de una cala abrigada a la mar, por una escollera natural, permite el resguardo y reparación de los botes de que se dispone.



42 y 43. El día 15 de Diciembre queda terminado el barracón y el personal puede alojarse en él. Fue construido en 113 días y es uno de los orgullos de los Zapadores Anfibios esta obra tan imprescindible para albergue de material y de los hombres que lo levantaron.



domingo, 1 de diciembre de 2013

UOE 1971-1972. POR TIERRA Y POR MAR II

         El Tambor de Batallones.

      La tarde del día de su presentación en el Cuartel de San Carlos en Septiembre del 71, el incomprensible redoble de un tambor que retumbaba en las paredes del patio y subía hasta la entreplanta llamó la atención de unos recién llegados Alféreces-Alumnos quienes, presos de curiosidad,  se  abalanzaron a la ventana para ver que estaba sucediendo. Ante su asombro contemplaron  como un Tambor, vestido con uniforme de franjas, golpeaba la caja de guerra para arrancarle unos sonidos arrítmicos de un esotérico significado que se les escapaba, pero que indudablemente algún mensaje transmitían, pues al poco rato empezaron a formar en el patio los francos de paseo  conducidos con marcialidad por los Suboficiales de Semana de sus Compañías, como prevenía el Régimen Interior, demostrando que allí todo se ejecutaba “con la misma puntualidad que frente al enemigo”. Fue el primer aviso de que aquello ya no era la Escuela Naval: aquello era el Cuerpo de Infantería de Marina... el de verdad, no el de los libros.

     La Unidad de Operaciones Especiales (UOE)

En San Fernando, el Cuartel de San Carlos es la casa madre del Cuerpo de Infantería de Marina y fue construido para alojar a los Batallones de Marina del departamento de Cádiz sobre un proyecto inicial de Sabatini y posterior diseño de Vicente Imperial Digueri, concluyéndose sus obras en 1798.


En su segunda planta se alojaba la UOE, cuyo Comandante y fundador, recibió al día siguiente en su despacho de la segunda planta del Cuartel a los cuatro nuevos Alféreces  que se habían ofrecido voluntarios para servir en su unidad, animándoles a trabajar “a muerte” y llevarle nuevas ideas. El Comandante era querido por todos, siempre preocupado por su Unidad y su gente, y buscando “las ocasiones de mayor riesgo y fatiga”. No cabe duda que sin su impulso la UOE nunca hubiera llegado a ser lo que ha sido. La UOE: los “Boinas Verdes”, había heredado los cometidos de dos unidades pioneras en el empleo de técnicas especiales: la Compañía de Escaladores del Tercio Norte y la Unidad de Zapadores Anfibios del Tercio de Baleares.
En aquella época se acababa de reorganizar en base a tres Estoles de Operaciones Especiales y uno de Plana Mayor. El 1º Estol (Reconocimiento y Asalto) lo mandaba un Capitán excelente oficial y amigo, que trataba a los Alféreces como verdaderos Oficiales, no cómo alumnos en la Escuela Naval; venía de Jaca de hacer el Curso de Esquí y Escalada, aunque ya había hecho los de Operaciones Especiales, el de Buceador de Combate y el de UDT-SEAL en los EEUU. El Teniente segundo jefe, acababa de llegar de hacer el Curso de Operaciones Especiales en Jaca; era todo un personaje, con una fina ironía y sentenciosa sorna cordobesa. Al Estol también fue destinado quien estas líneas escribe, además de otro Alférez, quien acabaría sus días cómo piloto de un helicóptero de ataque "Huey Cobra" en un accidente; el Sargento del Estol, un simpático ferrolano y buen amigo, lucía unas sólidas tablas marciales adquiridas en el ferrolano Tercio Norte; completaba el cuadro de mando un Cabo 1º, brillante profesional que acumulaba una gran experiencia desde su tiempo en la Unidad de Buceadores de Combate, además de otros dos Cabos 1º que debutaban en la UOE a la vez que los Alféreces.

El Segundo Estol (Escaladores Anfibios) lo mandaba otro Capitán -uno de los tres miembros de su familia que servía aquel año en la UOE- y encuadraba también a otros dos Alféreces; en este Estol lucía su estampa marcial y carisma el Sargento más aguerrido y popular de la Unidad, toda una institución, también procedente de la escuela ferrolana.
El Tercer Estol (Zapadores Anfibios), mandado también por un  Capitán contaba con un  Teniente y un Alférez, este último veterano de la Unidad de Zapadores Anfibios del Tercio de Baleares, o como se decía en la UOE: “uno de Illetas”. En fin, un magnífico elenco que se complementaba con la Plana Mayor, con un Capitán o dos, según la época del año, dos Tenientes y varios sargentos, estos últimos auténticos nombres propios que hicieron su carrera en la Unidad. Es fácil comprender que con este plantel la UOE fuera una Unidad verdaderamente especial, con un ambiente de camaradería extraordinario y en la que realmente un Alférez podía  iniciarse en la vida militar.

Después de una Pista de Fuego



          Una casta guerrera

La UOE introducía a los que en ella servían en  los verdaderos secretos de la milicia, los que hacen que los hombres combatan y arriesguen su vida, que no son otros que los que se forjan al vivir juntos, divertirse juntos, entrenarse juntos, sufrir las penalidades y riesgos juntos, para de esta forma  desarrollar los lazos de camaradería que los unirán para siempre.
La tropa de la unidad, procedente del servicio militar obligatorio, era gente admirable que se presentaba voluntaria para servir en la UOE sabiendo de su nivel de exigencia. El valor, dureza y capacidad de sufrimiento que demostraban, sin pedir nada a cambio, y su permanente alegría y buen humor siempre eran motivos de admiración. La camaradería y orgullo de pertenecer a la UOE y lucir su boina verde eran sus principales motivaciones, y con ellos se estaba siempre dispuesto a hacer frente a cualquier desafío que se presentara. Los actuales herederos de la UOE tienen una deuda permanente con ellos.
El orgullo de pertenecer a aquella "casta guerrera", animaba a los Oficiales, Suboficiales y Cabos 1º a desear hacer el Curso de Operaciones Especiales, llamado de Guerrilleros, para poder pertenecer a la Unidad entrando por la puerta grande, lo que no siempre todos podían hacer, debido a los criterios de la política de personal.
Los "boinas"



 Por tierra y por mar

Las actividades de adiestramiento hacían sentirse diferentes, parte de ellas eran las largas y duras patrullas de reconocimiento y combate por las sierras de Cádiz con la boina verde por divisa, el Z45 y pesadas mochilas de montaña, sufriendo día y noche las inclemencias del tiempo, con el cielo por montera y moviéndose como lo hace la infantería: con un pié delante de otro. La técnicas de escalada y el descenso en rappel en pared y de helicópteros S55 de la Segunda Escuadrilla eran también prácticas habituales. Las pistas de fuego también enseñaban el “rumor del combate” y se incluían en las demostraciones de capacidades.
Los "boinas" a bordo de una BDK 


La Unidad se trasladaba a Tarifa para adiestrarse con las Lanchas Torpederas (LT), que junto con los submarinos constituían los principales medios de infiltración desde la mar. A bordo de embarcaciones neumáticas IBS, se navegaba día y noche en las revueltas aguas del Estrecho, Golfo de Cádiz o el Mar de Alborán; bogando o con motor, acercándose a la costa para lanzar una pareja de nadadores y después de recibir la señal convenida acercarse y saltar a tierra para cumplir la misión. Previamente había que embarcar en la Lanchas y estibar todo el material a bordo, y luego, después de la navegación, venía el lanzamiento de las embarcaciones y el trasbordo. Esta última operación era algo complicada cuando se ejecutába en movimiento, pues la mínima arrancada avante de las Lanchas Torpederas las ponía a unos seis nudos; primero se lanzaban al agua las IBS y se saltaba a bordo para posteriormente zafar un gancho disparador del remolque que tiraba de la IBS mientras iba abarloada a la Lancha; el problema era que al quedar libre del remolque la IBS tendía a “filar por ojo” lo que suponía, como desastre menor, una inmersión hasta la cintura de todos los que iban a bordo. Finalmente, con sucesivos entrenamientos se depuró la técnica.

Lancha Torpedera


El carácter de la UOE de ser la Unidad de Reconocimiento y de Operaciones Especiales del Tercio de Armada suponía ser empleada en las operaciones de la Fuerza Avanzada. Para ello se embarcaba en escoltas, patrulleros o submarinos que se destacaban del grueso de la fuerza para operar en la zona objetivo antes de la llegada de la Fuerza de Desembarco. Con este cometido, durante el ejercicio Sur 72, el Primer  Estol desembarcó de noche en la zona de Carboneras en Almeria para balizar las zonas de aterrizaje de helicópteros que se iban a usar para el asalto. Aquellas operaciones helitransportadas no eran como para tirar cohetes, debido al escaso número de helicópteros y las limitaciones de empleo, pero sirvieron para mentalizar a la Armada de que el helicóptero se podía emplear para algo más que la lucha anti-submarina, la obsesión de la época.

Llegada a tierra al amanecer a bordo de helicópteros S55


A veces la Unidad se iba a algún ejercicio y los Alféreces debían quedarse en el Cuartel para asistir a algún curso en la Escuela de Aplicación. En una ocasión los Alféreces del 1º Estol se quejaban a su Capitán de  que cuando se iba la Unidad  se aburrían porque les sobraba tiempo; su contundente respuesta no dejaba lugar a dudas: -¿Qué es eso? ¿Cómo que os aburrís? ¿Habéis hecho ya todos los posibles UPTT? La lección era clara, los Oficiales no pueden aburrirse nunca; siempre tienen algo que hacer, estudiar, trabajar o planear para hacer frente a todas las eventualidades…”todos los posibles UPTT”...ni más ni menos.
En el mes de Abril Cartagena esperaba a los Alféreces donde debían efectuar un curso en el Centro de Buceo de la Armada (CBA). Fue un curso muy instructivo, dirigido por un Capitán del Cuerpo que era una institución en los buceadores de combate; al parecer el único que ha sido extraído desde tierra por un avión en vuelo. En el CBA se empezaba el día con una exigente instrucción física, que se reducía a correr por los empinados montes de Cartagena de abajo a arriba, de arriba a abajo y vuelta a empezar, lo que ayudaba a eliminar el alcohol de la anterior noche cartagenera. Durante el curso, además de algunas clases teóricas se aprendían técnicas de natación de superficie, de reconocimiento hidrográfico, de buceo, y de demoliciones submarinas. Las inmersiones tenían lugar en las inmediaciones de la Algameca, después de navegar en LCP preparadas para buceadores y eran lo más apasionante y divertido.

         "Finale"

En Mayo del 72 el Tercio de Armada se trasladó a Madrid en tren militar, y la UOE con él, para participar en el “Desfile de la Victoria”. El viaje fue una experiencia inolvidable, pues aquello era como el Transiberiano, arrastrándose por el itinerario con una prioridad muy baja y parando continuamente para dejar pasar otros trenes con prioridad mayor, pero tenía el encanto de la novedad. La UOE desfilaba en Madrid por primera vez y formaba a las órdenes de un Capitan llevando como Oficiales de Sección a tres Alféreces.


La fase final del aprendizaje como alumnos incluía un viaje de fin de curso, acompañados por un Capitán de la Escuela Naval, con visitas a la Academia General del Aire de San Javier y la Academia General Militar en Zaragoza para sus maniobras de primavera.
La vuelta a la Escuela Naval después de un año en una magnífica unidad no se hacía con muchas ganas, pero se sabía que allí había que ir para recoger la segunda estrella, que certificaría el honor de ser Oficial de carrera del Cuerpo de Infantería de Marina...el de verdad, no el de los libros, y sería otro paso más para volver a la UOE por la puerta grande, pero esa es ya otra historia.