domingo, 18 de noviembre de 2018

LA MILLA DE LA PLATA

Durante un paseo por la calle de Bravo Murillo me comentó mi jubilado amigo don Fernando, que los mejores churros de Madrid los hacían en Casa Sotero, fundada en 1934 por Julia Nieto y Sotero García. A la vista de que la última vez que habíamos pasado por delante el establecimiento estaba cerrado, en el camino para ir a visitar a mi madre, en una agradable mañana  del otoño madrileño, decidí detenerme para degustarlos.
Es  Tetuán un distrito muy variopinto. La calle Bravo Murillo, anteriormente llamada calle O'Donnell, es el eje del antiguo barrio de Tetuán de las Victorias y está llena de vida. Isidro Maltrana (*) no creería lo que estarían viviendo sus ojos si paseara ahora por el barrio. Abundan personas mayores y jóvenes extra-europeos. Las calles aledañas más próximas, hasta unos 400 metros a ambos lados, están formadas por casas de finales del siglo XIX y principios del XX, pobladas por inmigrantes españoles que allí se instalaron. Después de la guerra civil llegó otra oleada migratoria, que fue ocupando la zona y ampliando sus barrios; al este los más prósperos, hacia el Paseo de la Castellana, y los menos al oeste. Ambos lados, en particular en el del oeste, sus habitantes los comparten con una abundante colonia de hispanoamericanos, además de magrebíes y chinos, convirtiéndolo en un barrio multirracial.
Como decía, en mi caminar por Bravo Murillo, con los ojos bien atentos, hice un alto en Casa Sotero para tomarme un cafelito con churros y ojear el periódico. Mientras llegaban los churros, observé que una señora pedía una participación de lotería de Navidad del establecimiento, así que en acabando el café, e ir a pagar los magníficos churros, pregunté a la amable dependienta si les había tocado alguna vez la lotería. Ante  su negativa respuesta y encontrándome en el barrio del juego, me decidí a arriesgar 5 € en el billete de la casa, pues un rápido análisis de probabilidades matemáticas (pardas) me llevó a la conclusión de que si nunca había tocado, éste podría ser el año de la suerte, así que le dije a la dependienta que me vendiera una participación, diciéndole que este año tocaría seguro.
Ante mi afirmación inmediatamente acudieron al fuego dos señores que estaban allí en la barra, a los que le dije: "hacen ustedes muy bien, porque dice el doctor Sánchez que puede tocar aquí este año". Por un momento ambos hombres dudaron, y el que iba tocado de boina de patriota hispano de la que sobresalían olas plateadas, sentenció sesudo: "Si lo ha dicho Pedro Sánchez, seguramente mañana dirá lo contrario, pero por si acaso voy a comprar". El otro caballero, bien maqueado, con gorra de chulapo y aire del pollo decadente que ya ha visto mejores tiempos, añadió: "Yo también... por si acaso".  Esta apreciación me pareció que venía a certificar la idea extendida de la falta de credibilidad de nuestro doctor magnífico, Presidente del Gobierno.

Este asunto del juego me recuerda qué hace una semana, paseando con don Fernando, por esa misma calle se nos acercó un equipo de Televisión Española para preguntarnos lo que pensábamos del número de casas de juego que se habían instalado en el barrio. Sabiendo que ya algunas asociaciones de vecinos habían protestado por esta instalación, yo respondí rápidamente que no consideraba muy razonable que en un barrio de limitados recursos se ofrecieran los cantos de sirena de un dinero fácil, sin esfuerzo alguno, preguntándoles si ellos habían visto la misma densidad de casas de juego en calles como Serrano o Juan Bravo por las que circulan personas de más recursos. De la ubicación de estos locales cabe deducir que son "el casino de los pobres".
Añadí que lo mejor sería que la alcaldesa propiciara la instalación de una casa de juego en el bajo de su casa o en sus inmediaciones, en vez de en Tetuán; de esta manera, por su presencia de santeira milagreira, no faltaría gente que allí acudiría en procesión laica a buscar la fortuna que no encuentran con las acciones de su populista Ayuntamiento, y de paso poder admirar las posibles epifanías de la senecta yaya. Cerré la entrevista añadiendo: "hay que cerrarlas todas, esto es intolerable"... sentencia que hizo fortuna y se emitió en los dos Telediarios del día. 
Siguiendo mi caminar, decidí comprobar el número y el grado de actividad de esos locales. Conté más de quince en esa nueva "milla de la plata". Animado por mi espíritu investigador entré en un par de ellos. Había una media entrada: españoles, sudamericanos, magrebís, y algún chino; sus caras mostraban pasión por el juego y la tensión de una mollera alerta, vigilante, como canes pointers de muestra, pero al contrario que las palomas y tórtolas de Campo de Criptana, aquí su presa era una recua de alineadas tragaperras, esperando el sonido que delatara un premio. Eran las 11:40 de la mañana, no sé qué pintaban allí gastándose con prodigalidad la plata, que seguramente recibían de alguna subvención del Gobierno Español. Evidentemente no tenían mucho trabajo para poder estar a esas horas liados con juegos de azar.
Yo creo que no caben términos medios en este asunto de la proliferación de locales de juego, pues la sabiduría popular sabe que van unidos a otro tipo de casas que también ofrecen pasión en corto espacio de tiempo, pero propician la trata y la degradación de las mujeres, con nuestras autoridades mirando para otro lado mientras se explota a las de la trata. Es una especie de Teatro de Sombras Chinescas en el que adivinamos lo que hay detrás, pero en el que las autoridades no quieren descorrer  la cortina; solo hay que buscar en Google para ver la extensión del negocio en el barrio. Sin embargo, las autoridades de la Junta del Distrito de Tetuán no necesitaran ordenador, pues para iniciarse en el negocio tienen un local en la puerta de enfrente, también con actividad en horas de trabajo para, en caso necesario, digo yo, relajarse de las tensiones edilicias.

No conviene olvidar la droga, cómo tercera pata de la tríada de la corrupción de las costumbres, siempre asociada a las otras dos. No creo que nadie dude  de que también en los alrededores del eje del barrio, prolifera la droga. Para eliminarla hay poco que hacer si no aprietan las asociaciones de vecinos para poder mandar a su casa al incompetente equipo municipal. Me parece que las cosas van a peor, mientras que la "partida" de gobierno municipal, en colaboración con el PSOE y Podemos, continúa repitiendo las consignas de su kulturkampf, en su esfuerzo de deconstrucción y trivialización de nuestro tradicional sistema de valores, para destruirlo, pues simplemente, lo odian.
COLEGIO DE LOS SALESIANOS DE ESTRECHO
No quiero terminar esta desalentadora entrada sin un tono de optimismo. En mi paseo me desvié un poco a la calle Francos Rodríguez, donde se encuentra el Colegio Salesiano de Estrecho. Este Colegio y su Iglesia fueron asaltados por las milicias populares en el año 1936; de los diez salesianos que allí servían, cuatro fueron asesinados; posteriormente, en octubre de 2007, fueron beatificados por Benedicto XVI.
Después de la incautación del Colegio, éste se convirtió en el Cuartel  del Quinto Regimiento de Milicias Populares, que se había fundado por iniciativa del Partido Comunista de España y las Juventudes Socialistas Unificadas. De este Cuartel salieron numerosas unidades para combatir en los frentes durante la guerra civil.
IGLESIA DEL COLEGIO DE LOS SALESIANOS DE ESTRECHO
Pues bien, los años han pasado, aunque hay quienes se empeñan en idealizar los tiempos del 5º Regimiento. En mi paseo me detuve a fotografiar el antiguo Cuartel, ya restituido a su función docente de colegio confesional, y contemplaba como salían de él, en vez de milicianos, grupos multirraciales de jóvenes que charlaban entre ellos usando como lingua franca  un fluido español, independientemente de su origen, chino, magrebí, hispanoamericano, o español. Parece evidente que el español es un activo de capital importancia y que en algunas instancias la integración de los emigrantes se está haciendo de forma muy eficaz. Ojalá fuera lo mismo en todo el territorio nacional, pues hay donde se usa la lengua regional como vehículo de exclusión social y de marginación en el resto de España y del mundo.

(*) Personaje de "La Horda", de Vicente Blasco Ibañez.



miércoles, 7 de noviembre de 2018

UNA VISITA A LA COMPLUTENSE

Una agradable mañana de otoño me subí a un vagón de la línea Circular del magnífico Metro madrileño, con el propósito de acudir a un Seminario en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense. Fui rápidamente enlatado como sardina y comprimido por los viajeros, que eran principalmente una multitud de jóvenes madrugadores que se dirigían a iniciar su día universitario. Yo me dije: "todavía hay esperanza de que España tenga un futuro mejor, con todos estos jóvenes dispuestos a abrirse camino en la vida"...

Al veterano observador del Panorama no se le escapaba que había una cierta uniformidad en vestimentas y estilos de cabelleras; se ve que la rebeldía de la juventud, incluso en ambientes universitarios, se detiene ante los dictados de la moda, aunque también se veían algunos -muy pocos- que pregonaban su "identidad" diversa. Otros exhibían su inconformismo con su apariencia extravagante y supongo que, probablemente, con la desaprobación de sus padres, que ya con esas edades están obligados a aguantarse.
Desde la distancia de los años vividos, y el hecho que mis estudios hayan sido en la UNED, llamaba mi atención la extrema juventud de los estudiantes -quizás más chicas que chicos- olvidándome de cuando mis hijos lo eran, y eso también me dio esperanzas, al verme casi llevado en volandas por la masa de jóvenes que vomitaban los vagones del Metro al llegar a la estación de Ciudad Universitaria. Menos mal que se ha diseñado con amplitud, porque en una estación normal podría suceder una catástrofe.
Dirigí mis pasos hacia la Facultad de Geografía e Historia, en la que iba a asistir un par de días al Seminario Internacional de Historia Militar, pues tengo un interés creciente por los aspectos sociales de la profesión que desempeñé tantos años. El tema del seminario era: "Soldados y Ejércitos, siglos XVI y XVII". Había un abundante número de ponentes, algunos de ellos "primeros espadas" de este tema, que expusieron aspectos  parciales muy interesantes, derivados de sus recientes investigaciones. Pero no es el propósito de esta entrada mis reflexiones marciales derivadas del seminario, sino relatar algunas de las aparentes inquietudes de los jóvenes universitarios.


 Como decía, la juventud sigue viva e inquieta, agitada por las ideas que quiere imponer el decadente mundo posmoderno, y por otras que parecían ya caducas, pero que reviven a falta de creencias por las que merezca la pena luchar. En este último campo, un gran cartel en el "ágora" (hall) de la Facultad nos anunciaba que los comunistas siguen estando en la vanguardia de la lucha, esta vez, a falta de otros adversarios, contra el DAESH, en la que no escatiman esfuerzos, pues dos comunistas españoles han sido detenidos -quien sabe donde- por luchar en el Kurdistán. Me gustan los valientes que en vez de ver series en la televisión y tomar cañas en Moncloa toman las armas para luchar por sus ideas, aunque sean caducas, pero para ellos, en apariencia nobles: "No merece vivir quien por un noble ideal no está dispuesto a morir".
Ahora bien, aquí también tengo que expresar mi discrepancia, pues lo que evidentemente hacen es intentar "liberar" esta región del yugo turco, y supongo que iraquí e iraní. De esta manera se incrementaría el número de estados en las Naciones Unidas hasta hacerlas inmanejables -a río revuelto, ganancia de pescadores- como intentan hacer los de Podemos y los socialistas con su experimentación social  con nuestras autonomías, que merecería primero la prueba de un estudio prospectivo de la Rand Corporation, por supuesto financiado por el doctor Sánchez y sus mariachis, a quienes les encantan los experimentos de ingeniería social.
La "comunidad de los creyentes" -en la que me incluyo- que sostiene la validez de nuestras fronteras actuales, está esperando con baited breath la posible publicación de los resultados. Seguro que hasta el sensiblero señor Iglesias y su tropa -él, por fin, ya dignamente alojado en su dacha de Galapagar- que participarían como expertos en ese estudio, siempre que se lo paguen otros...¡ah!. De ese modo podría el señor Iglesias vallar su dacha con cinco líneas de alambre de espino, como hay que hacer para protegerse de los toros bravos, y los Vitorinos no son cosa de broma...¡A quien se lo ocurre mudarse allí!


Tampoco cejan los comunistas en su intento de "Acabar con la Monarquía",  premisa que podríamos discutir, pero no la segunda, "Construir una vida digna", con la que estoy en absoluto desacuerdo, pues no creo que la acción produzca el corolario de que con ello íbamos a "construir una vida digna". Sinceramente me cuesta ver la relación, aunque sospecho que el sentido que yo tengo de una vida digna no coincide con el que tienen los comunistas. Estaría más de acuerdo si fueran dos premisas independientes; seguro que algún filólogo de la Juventud Comunista podría buscar una redacción más apropiada. La iconografía también es mejorable, a pesar de la fuerza del símbolo de la corona ardiendo;  quizás se sienten continuadores de la supuestamente intransigente Inquisición española, que tanto vituperan como origen de todos nuestros males, o que a pesar de su ateísmo creen en los efectos purificadores del fuego eterno aplicados a la Monarquía.
El feminismo radical también tiene su presencia en al ágora de la Facultad, demostrando que las mujeres están en lucha, cosa que ya sabíamos, y que también algunas lo están contra el "patriarcado", concepto que requiere alguna aclaración, pues puede referirse a la autoridad de los padres o a la del varón; me temo que es a esto último, y de paso, a los primeros.


Me parece que el patriarcado es un concepto histórico y social al que denuestan las feministas radicales. La realidad es que venimos de dónde venimos, de los tiempos en los que el papel del hombre ha sido preponderante en la historia. Hasta muy recientemente, la historia social no se había ocupado de las mujeres y su importante papel en las sociedades, de manera que es de justicia reconocer el papel que han jugado en el desarrollo de nuestras sociedades, y darles hoy el protagonismo que se merecen,  pero queda aún mucho camino que recorrer.
Creo que lo esencial es igualar las oportunidades  de la mujer con las del hombre, pero respetando sus  diferencias, y por supuesto sin pretender degradar al hombre para potenciar a la mujer, como lo hacen las feministas radicales. Me gusta más el concepto de feminismo de la diferencia -que no quiere decir desigualdad- que se olvida de la pretensión de igualdad con el  modelo masculino, y destaca y valora las diferencias intrínsecas de las mujeres.
En otro orden de cosas, el cartel evidencia su radicalidad, con importación de la estética masculina (¿machista?), poco atractiva, que de generalizarse como canon tendería al fin del género humano, sin tener que esperar a la venganza de Cecilia -mujer frustrada y burlada- que quiere cavar una fosa, como nos dice la canción calabresa:
vorrei scavare un foso di cento palmi fondo,
per soterrar le donne, cosí finisce il mondo...
 Claro; en este ambiente no tenía nada de particular que me encontrara en sesión a la "Asamblea Lisístrata", respondiendo a la convocatoria del cartel; allí estaban sus miembros, unas quince chicas sentadas en el suelo del hall debatiendo asuntos de su interés; quizás el teatro de Aristófanes. Me llamó la atención que eran solo chicas, aunque ya nos prevenía la convocatoria: no mixta, aunque no se si las habrá también mixtas, pero de momento me temo que no, pues parecen una secuela de la huelga sexual que inspiró Lisístrata; en este caso me temo que el mundo se acabaría antes de lo que quería Cecilia.
La convocatoria también nos alerta de que la Asamblea está inspirada por la interseccionalidad y, en consecuencia, es anticapitalista y antirracista.  Me gustaría estar seguro de que cuando en el futuro sus miembros lleguen a alcanzar  el poder -lo que sin duda lograrán si perseveran en el esfuerzo- no estarán de la parte de los que detentan privilegios, como hoy los hombres, sino de la parte de los oprimidos, como hoy muchas mujeres, porque ya se sabe: una cosa es predicar y otra dar trigo.

Mientras paseaba reflexionando a la hora del almuerzo, me encontré con el cartel de la convocatoria del  Primer Congreso Internacional sobre Comunicación y Espacios LGTBIQ+..., organizado por la Politécnica de Madrid, y que tendrá lugar el año próximo. Parece que las teorías queer de Judith Butler y Eve Kosofsky Sedgwick están calando en el campus. La pluralida y diversidad en la identidad de género que se predica es tan amplia, que ya casi no quedan mayúsculas en el abecedario para expresarla. Yo he intentado informarme y, al parecer, los MARICORNERS buscan "propuestas desde todos los ámbitos del conocimiento académico, incluyendo aquellos que puedan integrar una perspectiva interdisciplinar y diversa". Al parecer los Maricorners "han adoptado este nombre porque se sitúan en las esquinas, en los márgenes de las disciplinas científicas asentadas... y trabajan por abordarlas desde su realidad plural..." (sic). Parece claro que la complejidad del asunto requiere más dedicación, como sin duda se hará en el máster en estudios LGTBQI+ anunciado por la Unidad de Igualdad de la Complutense... 
No se si Umberto Ecco exploró en el campo de la semiótica, el significado del unicornio que exibe el cartel. Yo sigo sin entenderlo, aunque he buscado su significado en internet; a lo mejor se exige a los asistentes del futuro congreso que sean todos unicornios ¿quien lo sabe?... menudo lío. No entiendo nada -o demasiado-. Lo que tampoco me quedó claro es el origen del prefijo "Mari"; en Italia sería el prefijo de alguna palabra relacionada con la Marina, pero no creo que esa sea la interpretación del caso que nos trae.
El mundo se está volviendo demasiado complejo para un viejo soldado  como yo, que no entiende como hemos llegado hasta aquí con esta tropa. El área de mi interés es más sencilla, y en algunos casos la prueba del combate suele verificar la bondad de tus hipótesis; claro, cuando está en juego la vida todo es más sencillo. Me fui de la Complutense contento con lo aprendido en el Seminario de Historia Militar; también con la demostración de que España tiene un futuro brillante, si sabe sacar partido de sus esforzados jóvenes universitarios; y finalmente, también me fui feliz al ver el grado de ebullición intelectual y de perspectivas de la realidad que se aprecia en sus espacios.