Las aguas del río Aragón bajan crecidas, y
mis ánimos lo hacen menguados en esta primavera que luce en España, pero que no
ríe, ni parece que lo vaya a hacer; no hay muchos motivos para que lo hiciera.
Pocas cosas levantan el ánimo cuando ves la senda decadente que lleva un país
dirigido por el peor gobierno que podríamos desear. La traición es la moda, sin
escrúpulos ni remordimiento; nunca creímos que llegaríamos a vivir lo que
estamos viendo. La lista de agravios a nuestra dignidad es interminable y aumenta
cada día. Un país sin dignidad no vale nada en el concierto de las naciones,
por lo que es urgente recuperarla.
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CASTIELLO DE JACA |
En mi paseo
matutino del Día del Trabajo, me senté a descansar en el atrio de la Iglesia de
San Miguel Arcángel, en pleno camino de Santiago. La iglesia se levanta en la
zona más elevada de Castiello de Jaca sobre la colina que domina el valle del
río Aragón y el arroyo Badieto. El templo, románico del siglo XII es de una
sola nave con un ábside de planta semicircular cubierto con bóveda de horno, y
con un presbiterio de bóveda de cañón. El retablo del altar mayor es una obra
barroca de finales del siglo XVII, que preside el Arcangel, adornado con columnas salomónicas en cuyos plintos
están representados los padres de la Iglesia Latina.
Castiello va creciendo poco a poco, demostrando que es posible repoblar
los pueblos del Pirineo aragonés. Hasta aquí hemos venido, año tras año, para
disfrutar de las estaciones de esquí del valle y de la hospitalidad de mis
cuñados. El campanario de la iglesia nos convoca a los actos de culto, a los que hemos acudido en las frecuentes reuniones familiares. También allí se bautizó mi sobrina, oficiando de madrina
mi paciente y bella esposa.
En el atrio de la iglesia me encontré con un matrimonio francés que
recorría el camino de Santiago. Tampoco sus ánimos iban crecidos, pues no le faltan problemas a la república vecina, pero
confiaban que su recién reelegido presidente pudiera agrupar a los franceses en
un renovado proyecto europeo que alejara a los radicalismos de ambos extremos, para lograr que Europa fuera un actor de primer orden en el escenario mundial. El
peregrino francés era hijo de un español del ejército republicano, refugiado en
Francia al final de nuestra guerra civil, y cuyas desgracias continuaron con la
estancia en campos de concentración antes de la concesión del asilo; más tarde,
su padre cumplió sus obligaciones con el país de acogida combatiendo con los
maquis durante la 2ª Guerra Mundial.
El sol comenzaba a calentar cuando nos despedimos y la primavera seguía sin
sonreír. En mi conversación con el simpático peregrino, envidié el tradicional
orgullo francés que transpira quien sabe que su patria está por encima de las
coyunturas, no como en la nuestra, que estamos expuestos al permanente desafío
a nuestra identidad nacional, como si fuera un valor relativo; mas que eso, en
permanente almoneda. Tenemos la desgracia de ver que nuestro país renuncia a la
excelencia en la educación y en donde la incultura campa por sus respetos. Un país
donde nos predican tolerancia para lo que piensan, y predican con fe y ardor del converso, los autodenominados progresistas, que esconden su rencor,
relativismo y deseos de destruir el orden social y constitucional, bajo ese
impreciso término, pero camuflando la intolerancia que muestran a todos lo que
no piensen como ellos.
El peregrino francés siguió su camino, cuyo propósito era para mi
desconocido; quizás cultural, o de reflexión en búsqueda de su identidad o fe
religiosa. Me parece de urgente necesidad que España inicie su propio camino de
Santiago lo antes posible. No debemos seguir así.
Muy interesante y envidiable etapa del camino de santiago paseando por mi tierra. Completamente de acuerdo con tu comentario político, lo que está pasando tiene mucho que ver con esa leyenda que dice que nuestro país necesita suicidarse cada cierto tiempo y parece que estamos en plena autodestrucción ayudada por esos votantes que están dispuesto a colaborar con esta, no democracia de bajo nivel. Esto es lo más parecido a una dictadura imperfecta.
ResponderEliminarTu tierra me inspira.
ResponderEliminarEs difícil exponer en tan pocas líneas la situación actual del país con el telón de fondo del paisaje extraordinario del Pirineo aragonés ,un lugar alejado del ruido de las capitales y dónde la esencia de España todavía se puede palpar y constituye un motivo de esperanza para confiar en que éste desgobierno suicida desaparezca
ResponderEliminarUna cruda y real exposición de la situación actual de nuestra España, confiemos en encontrar al fin ese camino de Santiago tan necesitado
ResponderEliminarDe la mano con nuestros convecinos pero un paso por delante en nuestras desavenencias
ResponderEliminarEstoy contigo, con los anónimos y con Paco. Es imprescindible echar a este desastroso gobierno, pero sobre todo al político mas sin principios que ha tenido España en este periodo que nos ha tocado vivir. Para ello no valen excusas, tenemos que unirnos todos los que pensamos así. No hay otra opción. Ánimo y ¡a por ellos! .
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