jueves, 31 de octubre de 2019

TERCIO DEL NORTE, 1950-1955. POR TIERRA Y POR MAR XIV

La década de los años cincuenta del siglo XX coincidió con el final de los "años oscuros" del Cuerpo de Infantería de Marina, que se iniciaron con su disolución en 1931.
      Como reacción a la irrelevante misión que se le asignó el año 1940, los deseos de cambio y reforma impulsaron el interés por las operaciones navales y anfibias  que habían tenido lugar durante la II Guerra Mundial. De esta forma, durante los años 1945 al 1950, se siguen y leen con especial interés, las biografías, memorias, libros históricos, y artículos de revistas profesionales escritos por algunos actores importantes de la guerra, e historiadores, como los almirantes Ernest King, Samuel E. Morison, y los generales Alexander Vandegrift y Holland Smith, entre otros.
Las inevitables reducciones que se efectuaron después de la II Guerra Mundial también afectaron a la Iª de Mª de los EEUU, pero el estallido de la guerra de Corea le ofreció la ocasión de demostrar su utilidad, preparación para el combate y moral, como se puso de manifiesto en las operaciones terrestres y en el desembarco de Inchon. Las discusiones en Washington sobre la reforma de las Fuerzas Armadas, y los conflictos de jefes del Marine Corps con algunos mandos del Ejército, e incluso la opinión contraria  del propio Presidente, también sirvieron para solidificar un firme apoyo a la expansión del Marine Corps. Los ecos de esos debates se trasladaron a la prensa, como recoge Allan R. Millet en su libro sobre la historia de la Iª de Mª de los EEUU.
La difusión de todas esas publicaciones llegó indudablemente a España y su recepción influyó notablemente en las mentalidades de los infantes de marina que reflexionaban sobre el futuro del Cuerpo buscando los cimientos en los que asentar la capacidad anfibia de la Armada.
En el capítulo XX del libro "Historia de la Infantería de Marina" de Enrique Rivas Fabal, apunta Octavio Alaez Rodríguez el origen indirecto de la regeneración del Cuerpo en la campaña de Guadalcanal, pues: "...en la Iª de Mª española y durante 15  años (1942-1957) este hecho solo se reflejó en el estado de ánimo de un grupo de jefes y oficiales que empezaron a estudiar las acciones de desembarco de la II Guerra Mundial y posteriormente a traducir publicaciones de la Iª de Mª norteamericana... el Cuerpo carecía por completo de doctrina propia... los Reglamentos  Tácticos utilizados eran los mismos del Ejército de Tierra..." Esta es una visión pesimista del final de los años oscuros, pues como evidencia esta entrada, los ecos de las operaciones de la II Guerra Mundial no solo se reflejaron en el estado de ánimo, sino también en la concepción de los ejercicios y maniobras, que se llevaban a cabo a pesar de  graves carencias,  como se aprecia en el caso del Tercio del Norte.
En su libro "El Retorno del Fénix", Abel Angel Gamundi Insua aporta muchos detalles sobre la mentalidad  imperante en el Cuerpo y sobre el proceso de transformación en los años cincuenta y posteriores. También en sus "Memorias de mi vida", Alfredo Díaz del Río relata su tiempo destinado en el Tercio del Norte y el proceso de activación de la Compañía de Escaladores, de la que fue su primer jefe. Pero es Hugo O'Donnell quien en su libro "La Infantería de Marina Española. Historia y Fuentes" recoge algunos apuntes del debate profesional habido entre los oficiales que reflexionaban sobre el futuro del Cuerpo en las páginas de la Revista General de Marina. 
        Este conjunto de artículos requiere un análisis desde el punto de vista de la historia de las mentalidades, pero en todos ellos destaca la coincidencia absoluta en el deseo de dejar atrás la lamentable misión asignada en 1940 de: "... dar, con su irreprochable presentación, una tónica militar destacada en buques y dependencias..."  y transformar al Cuerpo en una fuerza de combate de la Armada para operaciones anfibias.

      
                           
La lectura de alguno de los documentos de los ejercicios realizados por el Tercio del Norte entre los años 1950-1955, aporta luz sobre el estado de eficacia de sus unidades, sus deficiencias y escasez de material, pero ponen de manifiesto que, a pesar de esas limitaciones, el espíritu no había decaído y los temas anfibios se incluían en los ejercicios. Conviene recordar que no fue hasta el año 1955, como consecuencia de los Acuerdos de Amistad y Cooperación con los EEUU del año 1953, cuando se tuvo acceso formal a las publicaciones tácticas de su Armada y su Iª de Mª, con ocasión de la realización del primer curso para oficiales en los EEUU.
DESEMBARCO EN LA PLAYA DE SESELLE
Un lamento constante sobresale sobre cualquier otro factor en el análisis de los ejercicios del Tercio del Norte: la ejecución con medios "verdaderamente escasos"; pero eso no impedía que se incorporaran en los documentos, como "supuestos", aquellos medios de los que se carecía, pero al hacerlo se constataba su absoluta necesidad para el cumplimiento de la misión. Ya en el año 1950 el tema táctico es la ocupación de una cabeza de playa por una División de Iª de Mª. El Batallón participante está formado por tres compañías, una de ametralladoras, una sección de morteros de 81mm, una Sección de Transmisiones, y una de Información y Arbitraje. En las conclusiones destacan la eficacia de las ametralladoras "Alfa", los morteros de 81mm y los de 50mm. Se propone que se dote al Tercio con lanchas de desembarco, tractores anfibios LVT, y vehículos, así como que se mejore el uniforme de campaña.


En diciembre de ese mismo año el tema táctico es la defensa por un Batallón de un sector de costa. La documentación de operaciones está bien elaborada en base a la doctrina del Ejército de Tierra. Se subraya que la "distribución de medios y misiones e iniciado de los trabajos de organización del terreno para el combate se hace según las normas del A.B.C de la Defensa del Generalísimo Franco" (sic). De nuevo aparece el lamento por la escasez absoluta de medios, destacando el mal estado de la cartuchería de 7mm por defecto de fabricación, y la vejez y defectos de la telefonía de campaña procedente de la Guerra Civil. Se añade que los medios empleados en los ejercicios fueron por debajo del nivel de la II Guerra Mundial. Es de destacar que en este ejercicio actúa por primera vez una Sección de Escaladores Anfibios, que posteriormente se incrementará hasta constituir una Compañía.

ESCALADORES ANFIBIOS
En el año 1951 el supuesto táctico es de operaciones anfibias, planeando el empleo de buques de escolta, aviación embarcada, y buques anfibios con lanchas de desembarco, que se materializaron solo con las dos BDK "Foca" y "Morsa". El Batallón de Asalto está equipado con LVT y carros de combate anfibios (supuestos). Para el ejercicio se constituye una Sección de Playa (OMP y ENP). El planeamiento del desembarco es bueno y muy detallado, con la constitución de la olas y las unidades que en cada una embarcan.
En el año 1954 el ejercicio tiene lugar fuera de las zonas de las inmediaciones de Ferrol, trasladando la fuerza en BDK´s con la misión de efectuar una operación anfibia en la playa del Puerto de Son. A la finalización, la fuerza marcha a pié hasta Santiago de Compostela para celebrar el Año Santo.  Las maniobras del año 1955 también contemplan la operación anfibia de una División de Iª de Mª con tres regimientos, un Grupo de LVT, Artillería, y un Grupo de Asalto, todo al mando de un General de Iª de Mª. La unidad ejecutante tenía la misión de efectuar golpes de mano en la costa enemiga y su documentación preceptiva está bien elaborada. El análisis del ejercicio subraya de nuevo la escasez de medios, en particular navales de desembarco, LVT y carros (simulados con siluetas), y el inadecuado vestuario. Se alaba a los nuevos fusiles ametralladores "FAO" y tacha de inútiles los lanzallamas tipo "Marañosa". En relación a los  medios de transmisiones, cita que las radio tipo Marconi para el Batallón no respondieron a las expectativas, y que los radioteléfonos portátiles no se pudieron utilizar por inexistencia de baterías en el mercado.
 También hay que destacar  las instrucciones dictadas por la Escuela de Aplicación de Iª de Mª para usar las plantillas (didácticas) de los Tercios en el planeamiento y ejecución de los ejercicios, pero los análisis subrayan la necesidad de una verdadera doctrina para operaciones anfibias.
En conclusión, se puede afirmar que la Infantería de Marina, a pesar de las adversidades y la  misión marginal que se le asignó en 1940, nunca renunció a su vocación de fuerza de combate para operaciones anfibias, como esta entrada evidencia. En la segunda mitad de los años cincuenta fructificarían los esfuerzos del final de estos años oscuros.


Bibliografía
- RIVAS FABAL, J. E. Historia de la Infantería de Marina Española. Editorial Naval. 2007
- MILLET. R. A. Semper fidelis. The History of the United States Marine Corps. Mac Millan. 1980
- DIAZ DEL RIO. A. Memorias de mi vida. (Colección familiar)
- O'DONNELL Y DUQUE DE ESTRADA, H. La Infantería de Marina Española. Historia y Fuentes. E.N. Bazán. 1999
- GAMUNDI INSUA, A.A. El retorno del Fénix. Evolución de la Infantería de Marina desde 1936 hasta 2006. CAE-UVICOA. 2009