miércoles, 28 de febrero de 2024

UNA SOMBRA EN MI OJO

Con bastante retraso, después de su estreno, he visto una película de las pocas que últimamente han llamado mi atención: Una Sombra en mi Ojo, de la plataforma NETFLIX, confirmando que a veces ofrece algun producto de calidad, aunque encuentro nefasto su proselitismo, al introducir en sus películas “morcillas” posmodernas, como las de la perversa ideología de género.      

El director de la película es el danés Ole Bornedal, y está ambientada en un suceso real que tuvo lugar el 21 de marzo de 1945 en la llamada Operación Carthage, al final de la II Guerra Mundial en el Copenhague ocupado por los alemanes. El objetivo de esta operación británica era el edificio Shellhus, que usaba la Gestapo como su cuartel general. El resultado fue la destrucción del edificio, pero con lo lo que hoy se denominan efectos colaterales.

La fuerza atacante la componían 18 cazabombarderos “de Havilland Mosquito”, escoltados por 30 cazas “Mustang” de la RAF (Fuerza Aérea Británica), de la australiana y la neozelandesa. Los bombarderos se aproximaron en vuelo rasante en tres olas, para lanzar bombas con espoleta de treinta segundos de retardo. Los problemas surgieron cuando un “Mosquito” de la primera ola golpeó a un poste eléctrico, perdiendo el control y yéndose a estrellar en el colegio Juana de Arco, de las Hermanas de San José, situado a kilómetro y medio del objetivo.  Al ver el incendio del colegio, algunos aviones de las siguientes olas lo atacaron, al confundirlo con el Shellhus, pereciendo 125 civiles, incluidos 86 niños y 18 adultos, entre ellos tres monjas, 4 profesores y dos padres que trataron de salvar a sus hijos.

DE HAVILLAND MOSQUITO

Sobre el fondo de esta tragedia, presentada con gran realismo y lujo de medios, aparece ante tus ojos una muestra de los valores que adornan a algunos protagonistas. El drama se vive a través de la vida de tres niños: Henry, Eva y Rigmor. El primero, sufrió un shock que le dejó sin habla cuando presenció el ataque aéreo a un vehículo, con tres chicas a bordo, al que los pilotos de la RAF confundideron con uno alemán. El presenciar el bombardeo de su propio colegio le produce un nuevo shock, al ver a los numerosos niños muertos y heridos. Allí mismo le encargan que lleve información sobre ellos a sus angustiados padres, cuya suerte ignoran, lo que le hace recuperar el habla en el esfuerzo.

Eva sobrevive al ataque en medio de la angustia de sus padres, quienes la creían en el colegio, pero ese no era el caso, pues había salido antes de tiempo. A Rigmor, la presentan como una niña muy sensible, que hasta el último momento se hace preguntas existenciales, pero perece sepultada viva entre las ruinas que producen las explosiones de las bombas.

La hermana Teresa, profesora del colegio, es el personaje que une a los tres niños. Es una joven novicia atormentada de ver cómo Dios puede permitir tanta atrocidad, como la que está teniendo lugar en la guerra. La contestación a sus preguntas tampoco la pudo dar el Papa Benedicto XVI, cuando de visita en Auschwitz-Birkenau, donde tanta gente fue asesinada, se preguntó¿Por qué, Señor, permaneciste callado?, ¿cómo pudiste tolerar todo esto?". Ella también fallece entre los escombros del colegio tratando de animar a los niños supervivientes sepultados entre los escombros.


Teresa acababa de conocer a Frederik, un chico joven, analfabeto, perteneciente al Cuerpo Shalburg de nazis daneses, colaboradores de los alemanes. Al ver la bondad y serenidad de Teresa, la sigue y busca para pedirle que le enseñe a rezar. Desencantado de la guerra y de la organización en la que sirve, decide abandonarla, despidiéndose de sus padres, conocedores los tres que no van a volverse a ver, pues los ejércitos aliados se acercaban a Dinamarca, y sabían la suerte que esperaba a los nazis daneses. El buen chico también perece entre los escombros al intentar salvar a Teresa y los niños.

Completan los personajes clave de la película, los pilotos de la RAF que realizan el ataque, a quienes nos los presentan como unos jóvenes serenos y valientes, que cumplen profesionalmente con su deber arrostrando riesgos mayores. En total en la incursión se perdieron seis aviones: cuatro “Mosquito” y dos “Mustang”, y nueve aviadores perdieron la vida, entre ellos los dos que muestra la película, cuyo avión se estrella al colisionar en su vuelo rasante con un poste eléctrico. Los pilotos que participaron en el ataque solo supieron, después del fin de la guerra, las consecuencias de su incursión; no debió de ser fácil superar ese drama.

En resumen: una magnífica película, cuya perspectiva de la guerra y sus efectos sobre la población civil no te deja indiferente. Una Sombra en mi Ojo, anima a reflexionar sobre los resultados de los bombardeos aéreos y los sufrimientos de los conflictos actuales, que contemplamos en la distancia sentados en las butacas de nuestras casas, convencidos de que vamos a seguir gozando de la kantiana paz que disfrutamos en España, aparentemente perpetua, pero sin que nada ni nadie nos garantice que siga siendo así. Debemos ser conscientes de su precio y estar dispuestos a pagarlo.