El 1 de Septiembre de 1977, ya con
el machete y hojas de roble en el uniforme después de un año en Jaca, me
presenté en el Tercio de Armada pasando destinado a la Unidad de Operaciones
Especiales (UOE) de la Agrupación de Desembarco (AD): "Los Boinas", o simplemente "La Unidad".
La UOE renovaba esos días
la mayor parte de los Oficiales; se me asignó la Sección de Capacitación; es
decir, la escuela en la que durante dos meses se daba a la tropa el adiestramiento
individual avanzado necesario para servir en la Unidad. En teoría los cursos se
repetían cada dos meses ya que los
reemplazos llegaban con esa frecuencia. En ese tiempo lo que fundamentalmente se
hacía era poner a prueba a los aspirantes para verificar su fortaleza mental y física,
y su determinación para servir en la unidad.
La Unidad seguía siendo un poco como la recordaba de los años 1971-1972, aunque más madura, el mismo espíritu, con más
prestigio, con un material que había mejorado significativamente, un alojamiento
en un barracón nuevo, mejor selección del personal, una alta consideración en
la Armada y algunos recelos en la IªMª que se sustanciaban en el temor de que
aquella llegara a estimar que podría limitar sus aspiraciones anfibias y adoptar
para la IªMª un modelo cómo el del GROUFUMACO de Francia.
La doctrina de empleo de la Unidad estaba en proceso de elaboración, aunque
había una excesiva orientación hacia el reconocimiento, dejando algo de lado
las incursiones anfibias, que más adelante se englobarían en las llamadas de
"acción directa" al adoptarse la doctrina americana. Lo que se había
logrado era la sanción de algunos aspectos del empleo de la unidad y
significativos avances en la elaboración de procedimientos tácticos para el empleo
de aeronaves, buques de superficie y submarinos, toda una "revolución
cultural", que en realidad constituía el complemento imprescindible para
tener una unidad moderna.
Subsistían los antiguos problemas derivados del encuadramiento en la
Agrupación de Desembarco (AD), pues creíamos que la UOE debería depender directamente del General del
Tercio de Armada (GETEAR), que era quién iba a emplearla a sus órdenes directas
o bajo otros mandos superiores de la Armada. El obstáculo consistía en que el
concepto de Reconocimiento ataba la UOE a la AD, ya que esta carecía en sus
Batallones de Desembarco de unidades de reconocimiento orgánicas. En la capa
alta del reconocimiento se encontraba el Reconocimiento Anfibio, la
especialidad de la UOE, que suponía la infiltración en la Zona Objetivo Anfibio
(ZOA) con antelación a la llegada del cuerpo principal de la Fuerza Anfibia
Operativa (FAO) en lo que se conoce como Operaciones de Fuerza Avanzada u
Operaciones Previas.
CURSO DE CAPACITACIÓN 3º/77 y 4º/77 |
Con la Sección de Capacitación tuve ocasión de dirigir dos cursos, que
llevaban a la perfección dos excelentes Sargentos, veteranos de la Unidad,
auxiliados por dos Cabos Monitores, también veteranos de la UOE. Con esa
alineación y en plazo de dos meses debíamos preparar a los voluntarios del
reclutamiento obligatorio que se ofrecían a servir en la UOE al finalizar su
período de instrucción en Cartagena.
El primer curso contaba con mas alumnos ("Capacitantes") pues se
habían juntado dos reemplazos: el 3º/77 y el 4º/77 con cuarenta alumnos y un
grupo de Cabos 2º Especialistas que se incorporaban a la unidad. Para el
segundo curso, con el reemplazo 5º/77, no tuvimos mucho tiempo de preparación,
pero lo empezamos con un equipo conjuntado y con la experiencia del anterior,
aunque con la mitad de alumnos, pues solo estaba autorizado adiestrar a 20
soldados por reemplazo. A la finalización del curso quienes lo superaban eran
ascendidos a Cabo 2º con la aptitud de Operaciones Especiales, lo que hacía que
éste fuera el menor empleo en la unidad; no era mucho, pero era un
reconocimiento a la especialización de la Unidad, y en la práctica suponía
menos servicios en el cuartel y un poco mas de sueldo.
La selección de personal comenzaba en el Centro de Instrucción de
Infantería de Marina (CEIM), en donde se daban a los reclutas unas conferencias
sobre las opciones que se le ofrecían, entre las que estaba realizar la Aptitud
de Operaciones Especiales. Para conseguir seleccionar a los mejores se
trasladaba al CEIM una comisión que daba unas explicaciones más detalladas sobre
la UOE y se hacía una criba con las pruebas físicas de acceso al curso. No era
una comisión fácil, pues había que luchar contra los que en el CEIM solo
contaban lo que consideraban aspectos negativos, de todas formas los valientes
nunca faltaron: pocos y buenos.
CURSO DE CAPACITACIÓN 5º/77 |
El programa del Curso de Capacitación era eminentemente práctico y se había
ido perfeccionando en sucesivos cursos,
aunque faltaba un programa más completo, bien desarrollado, con fichas de los
ejercicios que incluyeran las zonas y todas las necesidades para llevarlas a
cabo. Teníamos un programa elaborado en términos muy generales, con partes
comunes con el Curso de Cabos 2º que se celebraba en el Tercio de Armada. El
Curso de Capacitación, legalmente llamado Curso de Aptitud de Operaciones
Especiales, llevaba unos cinco años en funcionamiento, y sus fundamentos eran
la preparación física, la instrucción básica de combate y el tiro, sobre los
que se efectuaban ejercicio tácticos sencillos,
prácticas de escalada, de embarcaciones, de supervivencia, evasión y
escape, y con helicópteros, en un apretado programa que hacía que el darwinismo fuera la fórmula para
seleccionar a quienes se incorporarían a los Estoles de la Unidad.
La procedencia de los soldados era de lo más variada, una representación de
todas las regiones españolas, sin excepción, demostrando que estaban hechos de
una pasta especial, aquella que hace amar el riesgo, la aventura y el honor de
lucir la boina verde al lado de buenos compañeros a los que anima el mismo
espíritu.
La unidad había identificado zonas de ejercicios muy buenas; las sierras de
Cádiz ofrecían amplias posibilidades, la de Grazalema era la mejor pues en
aquellos días todavía no era un Parque Natural. Allí se realizaban los
ejercicios de combate y supervivencia. Las sierras de San Cristóbal, Ojen y
Fates, y las playas que adornan la costa desde Tarifa a Cádiz también veían
ejercicios tácticos, de embarcaciones, escalada y los de evasión y escape.
La mayor parte de los ejercicios se realizaron bajo una climatología adversa,
poniente fuerte y agua, propio del clima atlántico de Cádiz, mas acusado aquel
año, de manera que cuando recibimos la visita del Coronel de la AD para
presenciar un ejercicio de embarcaciones en la zona de Sancti-Petri, fue
recibido con los honores de una fuerte borrasca. A duras penas pudo el Coronel enfundarse en un poncho para acercarse a la
orilla para intentar ver las embarcaciones en la rompiente, pues sus gafas
azotadas por el agua y el viento, que le levantaba el poncho sobre la cabeza,
le impedían ver lo que allí sucedía; total: un desastre, pero aprovechamos para
hacerle nuestras peticiones sentados en la caja de un camión protegidos del
temporal. No creo que se enterara de mucho, pero hizo promesas de atender a
nuestras necesidades.
MARCHA DE FANGO |
Uno de los primeros ejercicios que se efectuaban era la marcha de fango,
que ponía a prueba la fortaleza de los "capacitantes" a los que
conducían todo el cuadro de mandos de la Sección de Capacitación. Los días de
supervivencia tenían un atractivo especial para la gente, que normalmente no
habían sentido anteriormente la sensación de estar algunos días sin comer; el
aprovechamiento de los recursos formaba parte de la instrucción. Este primer
curso finalizó con el sacrificio de un cabrito -con unos cuantos trienios- que
un pastor de Grazalema nos vendió gustoso; beber la sangre caliente no parecía
del gusto de todos y aprendieron como un compañero gallego hacía unas filloas
con la sangre; el fin de fiesta con un asado nocturno y abundante vino
fomentaba los lazos de camaradería necesarios para servir en la unidad. En el
siguiente curso repetimos el ejercicio, pero esta vez fueron tres pavos los que
contribuyeron a celebrar la noche de la víspera de Nochebuena.
SUPERVIVENCIA EN LA SIERRA DE GRAZALEMA |
El ejercicio de combate era el ejercicio estrella, con el que finalizaba el curso, e incluía una larga marcha y un golpe de mano, finalizando con la evasión y
escape en la que la ambientación escénica era fundamental. Al ser ya al final,
había pocas bajas, pues los alumnos veían la boina verde al alcance de la mano
y además los lazos de camaradería hacían su labor para apoyar a los que tenían
mayores dificultades o que arrastraban alguna lesión.
EJERCICIO DE EMBARCACIONES |
Al regreso al cuartel se efectuaba la ceremonia de entrega de boinas con
toda la UOE formada, que en el primer curso se habían bien ganado los 21
soldados que lo acabaron de los 40 que habían comenzado. Pasados unos días el
Diario Oficial de Marina publicaba la resolución que los nombraba Cabos 2º de
Operaciones Especiales.
La doctrina en vigor contemplaba para la UOE una organización operativa denominada
Unidad Especial de Incursiones Anfibias (UNESIAN) que se activaba, con composición variable,
cada vez que surgía alguna contingencia, lo que en aquella época sucedía con
cierta frecuencia; de esta manera en Noviembre, como consecuencia de la captura
de unos pescadores españoles en aguas del Sahara se alistó la UNESIAN 19, en la
que se incluyó el Portaaeronaves "Dédalo" con helicópteros de la 3ª,
5ª y 7ª Escuadrillas, un par de escoltas y el LSD "Galicia" con la
UOE a bordo y una Sección de LVTs. La UOE había destacado a Marín el 1º Estol
para colaborar con los alumnos de Infantería de Marina de la Escuela Naval, de
manera que en base a los que acababan de terminar el Curso de Capacitación, con
refuerzos de personal, se constituyó otro Estol, para
inmediatamente comenzar un adiestramiento intensivo orientado a la misión. Se
embarcó el material, munición, vehículos y el Trozo Avanzado, pero la orden de
salir a la mar finalmente no llegó, pero del alistamiento se extrajeron
importantes lecciones que se aplicarían en el futuro inmediato.
PORTO PIRASTU |
En ese mes se estaba formando un Grupo Táctico (GT) para participar en el
ejercicio italiano "Sardinia
78", que tendría lugar en Cerdeña,
lo que suponía un desafío, ya que era la primera salida del Tercio de
Armada al extranjero a un ejercicio con países de la OTAN, de la que no éramos
miembros, aunque la experiencia en ejercicios con las fuerzas anfibias de los
EEUU era ya abundante. El GT iba al mando de un Comandante, futuro Comandante
General, y mi antiguo profesor en la Escuela Naval. El GT constaba de una
Compañía de Fusiles, con refuerzos de Morteros de 81mm, Cañones sin Retroceso
de 106mm, Zapadores, una Unidad de Reconocimiento Anfibio de la UOE, y una
unidad de apoyo logístico. La fuerza llevaba una potente Plana Mayor, en la que
inicialmente me integré como Oficial de Inteligencia (S-2) para el
planeamiento.
La fase de adiestramiento anfibio incluyó una salida a la mar a bordo de
las LST en la que practicamos el Plan de Desembarco, que llevaría en dos olas
de LVT a la 1ª Compañía del BD1, seguida de unos viajes de LCU americana, por
lo que hubo que practicar la complicada maniobra de "boca a boca"
entre una LST y una LCU y de esa forma
poder desembarcar los vehículos de rueda del segundo escalón con las
armas colectivas y los aprovisionamientos, pues la playa de Porto Pirastu que nos habían asignado no
era más que el fondo de una vaguada de escasos metros de arena y piedra, en la
que era imposible varar una LST.
A esta fase le siguió la de Adiestramiento en la Estación Naval de Tarifa,
que estuvo más orientada al mando y control y al combate en tierra, en la que
la Plana Mayor practicó la conducción y control de la unidad, aprovechando la
Plana Mayor para redactar la Orden de Operaciones y traducirla al inglés; tardaría en llegar la época en que se redactarían directamente en esa lengua.
Nuestro equipo individual no estaba en primera vida y para intentar
solventarlo en parte nos entregaron antes de salir a la mar unos chaquetones
nuevos de color gris y un gran cuello a los que bautizamos como
"cervantinos", que al menos estaban nuevos. Después de las dos fases
conseguimos tener una unidad bien conjuntada bajo el mando de un jefe de
carácter, determinado a tener éxito en el ejercicio.
CAPO TEULADA |
Al acabar la Fase de Adiestramiento volvimos a Cádiz para embarcar en las
LST "Martín Álvarez" y "Velasco" e integrarnos en la FAO/FD
multinacional, que incluía el Escuadrón Anfibio de la 6ª Flota (PHIBRON) y el
de la Unidad Anfibia de Marines (MAU), además de las dos LST italianas, "Grado" y "Caorle" con el Batallón San Marco, y una LST Turca con una
unidad de su Infantería de Marina. El mando lo ostentaban los comandantes
americanos del PHIBRON/MAU.
El tránsito se hizo con tiempo duro desde el principio. Hubo una
escala en Cartagena de la que salimos con mar gruesa que se fue convirtiendo en
temporal, lo que obligó a entrar de arribada en Mahón por el peligro de
destrincado de los vehículos debido a los bandazos y cabezadas que daban los
barcos. Era todo un espectáculo el ver desde el puente como se flexionaba el
barco por la mitad de su eslora, pareciendo que iba a romperse. A las 24 horas
con un metéo más favorable salimos en demanda del fondeadero de Capo Teulada, en donde tendría lugar el
ejercicio.
ASALTO HELITRANSPORTADO |
En Teulada, después de la hora
"H" me integré como oficial de enlace del BLT 3/6, presentándome en
su puesto de mando para seguir desde allí el ejercicio, después de una larga
peripecia a pie, en vehículo y en helicóptero, de manera que cuando le expliqué
al Teniente Coronel del BLT mi retraso en presentarme y la aventura de llegar
hasta allí; su escueta respuesta, mientras se volvía a mostrarme el mapa de
situación, fue: what a fuck!...El BLT
tenía un Puesto de Mando de libro, austero y muy funcional que me proporcionó
muchas enseñanzas. Las asimetrías que teníamos con los americanos ya eran de
sobra conocidas.
Al finalizar la operación anfibia hubo una fase de adiestramiento combinado
en tierra en la que vimos como la
cantidad de munición de consumo nuestra era bastante inferior a la de los
americanos, y mientras nosotros todavía paseábamos el cañón sin retroceso de
106 mm, ellos ya estaban equipados con
los misiles contra carro "Dragón" y "TOW", además su
Batallón contaba con una Sección de Vigilancia, Adquisición de Blancos y
Observación Nocturna (STANO). Los mas interesantes eran los ejercicios con los helicópteros CH46 y CH53 de los Marines. Se puede decir que la participación española en
el ejercicio resultó muy positiva, cumplimos todos los objetivos y
llovieron las felicitaciones.
La escala en Cagliari nos proporcionó la oportunidad de disfrutar de esta
ciudad de Cerdeña, que cuenta con abundantes vestigios de su pertenencia a la Monarquía
Hispánica. En España el magnífico 2º Estol (Escaladores Anfibios) esperaba a un nuevo jefe.