Esta es una sucinta crónica de un corto viaje de amigos que me llevó de nuevo a Burgos, a donde vuelvo siempre con ganas de disfrutar de su patrimonio artístico y de su gastronomía. Esta vez el reclamo era la aventura de degustar un cabrito o cordero, que había encargado el "Negro", nuestro guía local, jinete valeroso y temerario. En una mañana de sol El Talgo a San Sebastián nos llevó a "Picaraña" y a "Reymeric" por la vía de alta velocidad hasta Valladolid y desde allí a Burgos, en dos horas veinticinco minutos.
Situada
en la comarca de la Sierra de la Demanda, al sureste de la provincia, por
muchas veces que la visites, ni la villa de Santo Domingo de Silos, ni su
monasterio benedictino, defraudan al viajero. La poca gente por sus calles y el
monasterio sin visitantes fueron la tónica, hasta que llegó un autobús con un
grupo de turistas.
EL CLAUSTRO DE SILOS |
Las
primeras noticias del monasterio son del año 954. La iglesia abacial fue
reconstruida por Ventura Rodríguez a mediados del XVIII, e inspira serenidad y
armonía, y más aún, durante el canto de los monjes en la hora canónica de la
Sexta. Poco se puede añadir a lo ya dicho del precioso claustro, y su ciprés
cantado por Gerardo Diego:
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Estos
días se habla mucho de la España vaciada, y el paseo por la villa nos mostró
los efectos de la despoblación que sufre Castilla. En la provincia
de Burgos, según los últimos datos del padrón, hay 356.035 habitantes (177.912
hombres y 178.123 mujeres), con una pérdida de población, con respecto al año
anterior, de 2.367 habitantes. También hay que reseñar que unos 100.000
burgaleses viven en otras provincias españolas, lo que parece una proporción
muy elevada.
En la provincia de Burgos residen
extranjeros de 140 nacionalidades, que hacen un total de 22.376 personas. La
mayoría son rumanos, búlgaros, marroquís, colombianos, portugueses, brasileños,
venezolanos, hondureños, ecuatorianos, dominicanos, argelinos, y otras
Nacionalidades. Los iberoamericanos forman una significativa mayoría, lo que es
una muy buena señal por su facilidad de integración en nuestra sociedad. De los
vecinos magrebíes, también hay alrededor de 3.600 inmigrantes, aunque importan
tradiciones ajenas a nuestra cultura. Yo no creo que todas las culturas tengan
el mismo valor, lo que no quiere decir que no se les dé la consideración
debida. Según los datos publicados
el 23 de diciembre de 2021, la localidad de Santo Domingo de Silos tiene una población
censada de 262 habitantes, de los cuales 166 son hombres (45 monjes) y 96
son mujeres. Desde el 2000 ha perdido 54 habitantes.
Recorriendo sus
calles nos encontramos con Ubaldo, quien a sus ochenta años, sentado al sol vigilaba
la maduración de las calabazas desplegadas en el suelo, pensando en los
magníficos purés que, según decía, iba a hacer con ellas. La charla derivó
hacia la aparente despoblación que se apreciaba en las calles y nos confirmó
los datos que lo demuestran. Al preguntarle por cuantos hijos tenía, declaró su
soltería, añadiendo que los numerosos años dedicados al campo y al ganado no
facilitaron su matrimonio, pero sobre todo no se había casado «por falta de
cerillas». Ante nuestra perplejidad nos aclaró que eran «para encender el fuego…».
En realidad, extrapolando las cifras actuales del padrón, nunca debió de ser
fácil encontrar novia. En la España vaciada la realidad es más
dura de lo que parece.
Revisando
los datos del padrón se puede apreciar que la pirámide poblacional tiene una
exigua base y toda ella con forma de peonza, con datos preocupantes, como la
baja tasa de nupcialidad y natalidad. No parece que vaya a ser fácil repoblar
una provincia con una densidad de población tan baja, de 24,9 habitantes por
kilómetro cuadrado, y con 271 municipios. Teniendo en cuenta que la densidad
media de población en España es de 91,1, parece necesaria una racionalización
de la estructura administrativa local para garantizar los servicios a los
habitantes actuales y potenciales. No debemos admitir la despoblación de
nuestro medio rural, y resignarnos a su invierno demográfico. No sé qué han
estado haciendo los políticos ante los datos disponibles, pero lo sospecho.
Otra
visita en la comarca fue a La Yecla, en las estribaciones de la Sierra de la
Demanda, en el parque natural Sabinares del Arlanza. Allí, el arroyo El Cauce
ha excavado en la roca caliza de las Peñas de Cervera un angosto desfiladero
con tramos de dos metros de ancho y una longitud de unos 500 metros. Está bien
preparado para recorrerlo sobre la pasarela metálica que tiene instalada. Al
finalizar el recorrido, para recordarnos los abundantes espacios naturales de
la provincia, se acercaron a cumplimentarnos un numeroso rebaño de cabras
montesas que nos mostraron sus habilidades de equilibristas.
DESFILADERO DE LA YECLA |
Finalmente, el resultado de l’aventure du pot fue la degustación en el restaurante del hotel Tres Coronas de Santo Domingo de Silos de lechazo asado (de churra, comme il faut) en el que solo había ocupada una mesa con cuatro personas. La España vaciada llega hasta a los restaurantes. La camarera que nos atendió era una simpática joven de Almería, que se había trasladado con su marido a vivir al pueblo. Se ve que es todavía atractivo vivir allí para la gente de provincias más soleadas.
Por mi parte, yo huiría de la gran ciudad para gozar de la descansada vida del que huye del mundanal ruido… que cantara fray Luís de León, e instalarme en esa villa, en el que seguro no faltarán los auxilios espirituales y algunos materiales, pero las exigencias de la salud crecen en paralelo con los lustros que vives, sobre todo cuando se llega al punto de no retorno en el que la recuperación total de la salud se hace extremadamente difícil en un escenario de gastos crecientes e ingresos decrecientes.
COVARRUBIAS. COLEGIATA DE SAN COSME Y SAN DAMIAN |
Desde
Silos partimos a visitar de nuevo la villa de Covarrubias, para cumplimentar al
Conde Fernán González, que allí descansa, y a San Arsenio, éste último de gran
tradición familiar. En un bar tomamos un escueto cafelito con dulces de la
localidad, y después de comprar unas morcillas artesanas seguimos para visitar el
Cementerio de Sad Hill. Se encuentra en el Valle de Mirandilla, un paraje
precioso situado entre Contreras y Santo Domingo de Silos, donde se filmó en el
año 1966 el duelo final de la película “Il Buono, Il Brutto, e Il Cattivo”.
En mis años mozos Sergio Leone nos hizo disfrutar mucho con sus películas del
oeste. Una asociación cultural recuperó
este falso cementerio en el año 2015 para que los aficionados al western
lo puedan visitar mientras oyen en su teléfono la música de Ennio Morricone.
Clint Eastwood se habrá alegrado al saber que este escenario ha sobrevivido a
los años, y no como el vecino monasterio de San Pedro de Arlanza, que no sobrevivió
a los desastrosos efectos para el patrimonio artístico de las leyes de desamortización
de Mendizábal, y que ninguna asociación cultural ni organismo público parece
tener interés en invertir en su rehabilitación.
CEMENTERIO DE SAD HILL |
En
Burgos, la visita a su Catedral en su octavo centenario era también obligada,
pues no te cansas nunca de admirar las obras de arte que atesora. De paso, ante
la proximidad de la celebración de San Lesmes, aproveché para pedir al santo
patrón de la capital que buscara las llaves del sepulcro de Rodericus Didaci
Campidoctor para que en su nueva salida, por tantos anhelada, guie en su viaje
a los españoles del siglo XXI por caminos de grandeza y prosperidad, y que no
sigan las consignas que nos predica un desprestigiado gobierno y las taifas de sus
compañeros de viaje nacionalistas, comunistas y filo terroristas.
SEPULCRO DEL CID |
Antes
de la comida nos trasladamos a hacer una rápida visita a la Cartuja de
Miraflores, que siempre la merece, aunque sea corta. De nuevo admiramos las obras
de Gil de Siloé: el retablo del altar mayor, y los sepulcros de los reyes Juan
II e Isabel de Portugal, padres de Isabel la Católica, y el del infante Alfonso.
Su contemplación hace sentirte orgulloso de nuestra historia y su patrimonio
artístico.
Hace
ya algunos años, en una visita a una bodega de Jerez, después de mostrarnos
como los ratones bebían fino de un catavinos, nuestro simpático guía contestó
científicamente a la pregunta sobre cuantos hectolitros tenía la bodega,
añadiendo a la impresionante cifra, medio tartamudeando: «aquí no se acaba
nunca el mollate…». Pues bien, eso también parece suceder con el vermut en
Burgos, en cuya vermutería Victoria llevaban ya contabilizados 386.138 vermuts,
lo que comprobamos en el contador, mientras tratábamos de no desentonar
cantando el tradicional “Himno a Burgos”.
Con
unas morcillas engrosando el equipaje en las mochilas subimos al Talgo de
Madrid, en una noche fría que pedía volver a casa a socorrerse con algo
caliente. Me iba con ganas de volver y con la esperanza de que en las
inminentes elecciones autonómicas los burgaleses acertaran a escoger al
gobierno que ayude a solucionar los problemas que les afectan.
PANORAMA: UN PASEO POR BURGOS Y LA RIOJA (reymeric.blogspot.com)
PANORAMA: UNA VISITA A BURGOS (reymeric.blogspot.com)